miércoles, 18 de julio de 2012

Lucho Cohen: "Cuando termine todo esto, sé que voy a volver"


Deporte Macabeo dialogó con Lucas Cohen, futbolista del club que actualmente se encuentra probando suerte en las inferiores de Deportivo Merlo. En una charla en la que se habló de todo, Lucho contó que cuando se le presentó la oportunidad, ni lo dudó y empezó a entrenar. Además, habló de cómo fue su 2011, en el que formó parte de las primeras de FACCMA y AIFA, y cómo eso lo ayudó para estar más preparado a la hora de ir  jugar en AFA. Opinó también de la actualidad de los equipos de Macabi, y aprovechó para desearle la mejor de las suertes al plantel de AIFA en esta recta final del campeonato. La rutina, su presente exitoso y futuro esperanzador, sus expectativas en esta carrera que empezó hace unos meses y mucho más, en una imperdible entrevista, a continuación.



Resulta raro encontrárselo un domingo en el club del otro lado del alambrado, vestido de civil; y no con la camiseta de Macabi, corriendo desde el principio hasta el final a cuanto rival sea necesario. Pero es una realidad. Este año, Lucho Cohen le puso pausa a su carrera como futbolista macabeo para probar suerte en AFA, un sueño que lo desvela desde chiquito. "Yo siempre tuve las ganas de jugar en un club de AFA, pero nunca me animé porque con el tema de la escuela mis papás no negociaban", empieza narrando el volante central, que comenzó a jugar en Macabi en la Octavita, con 11 años. Este año, una vez terminada la secundaria, se le abrió una puerta: "Tuve la suerte de que Seba Rudman, que me dirigió en Macabi, era técnico en Merlo y él me dio la oportunidad de ir a probarme".
Lucho cuenta que antes de tomar la decisión, lo habló mucho con la familia, porque a pesar de las ganas, que no le faltaban, le daba un poco de miedo el hecho de cómo lo podían recibir sus nuevos compañeros: "Me cuesta un poco lo social, no sabía si me iban a aceptar como soy... el hecho de ser judío, o que te pregunten dónde habías jugado y no saber que responderles...". Pero todas esas dudas las dejó de lado y aceptó la propuesta: arrancó a entrenar en febrero sin hacer ninguna prueba previa, sino que entró directamente al equipo. Lucho explicó que de a poco se fue acomodando: los primeros días, como el equipo ya había empezado la pretemporada, entrenó de manera diferenciada junto con otros cuatro o cinco jugadores que venían de una lesión, y fue con ellos con quien más relación empezó a tener. "Al principio me costaba por mi timidez, pero el fútbol lo que tiene es que si vos rendís bien, te dan más confianza y te empiezan a hablar. Por suerte me pasó eso; arranqué jugando bien las primeras veces, y los chicos se fueron acercando y hablándome cada vez más". Ahora, luego de entrenar cinco meses seguidos todos los días las cosas cambiaron muchísimo: Lucho ya está adentro del grupo y ya no los ve como compañeros, sino como amigos, porque "al verlos todos los días, la relación crece".


Sin dudas, la rutina cambia cuando uno pasa de entrenar dos veces por semana a la noche a tener que ir todas las mañanas a Provincia de Buenos Aires, y esa es una de las cosas que todavía más le cuestan a quien fuera campeón panamericano en 2007 y 2011, que admite: "Lo más jodido es levantarse. Ahora que Seba (Rudman) se fue de Merlo, ya no puedo ir con él a entrenar y me tengo que levantar a las 5.50, tomarme un colectivo hasta Moreno y ahí encontrarme con un compañero para ir en auto". Pero Lucho sabe que el esfuerzo lo hace para hacer lo que más le gusta, y asegura que va con todas las ganas: "Cuando pienso que lo que hago lo hago para jugar al fútbol, que es lo que más me gusta,  me olvido de todo lo otro. Además, más allá de los momentos serios de entrenamiento, la paso bien y hay momentos de risas y jodas". El que lo vio jugar, sabe que Lucho es un jugador que tiene varios puntos altos, entre ellos se destaca su gran despliegue físico y no es casualidad: "A mi me encanta entrenar, por ejemplo me gusta mucho la parte física, el tratar de superarme día a día para poder estar lo más alto posible". 


Pasado el primer semestre, el 5 de la Quinta de Deportivo Merlo hace un balance que es más que positivo, porque las cosas se dieron muy diferentes al panorama inicial: "Antes de empezar, el técnico me dijo que me iba a tener que acostumbrar, porque no había hecho la pretemporada como todos, que encima ya tenían varias pretemporadas hechas y yo ninguna. También me dijo que seguramente, los primeros tres o cuatro meses no iba a jugar, o iba a ir al banco hasta que empiece a agarrarle la mano". Pero por suerte, nada de eso pasó, ya que Lucho tuvo la suerte de acoplarse rápido al grupo tanto en lo futbolístico como en lo grupal y desde el primer partido del campeonato fue titular.
"Las primeras veces me costó mucho terminar los partidos, pero de a poco con los entrenamientos y el pasar de los encuentros fui sintiendo el roce de otra manera y mejorando mucho en ese aspecto" afirma el jugador de las inferiores del Charro, que fue titular en diez de los once partidos de la Etapa Clasificación, algo que no se esperaba cuando empezó todo este proceso, aunque desde el principio sabía que tenía posibilidades: "No me imaginaba que iba a ser titular todo el torneo, pero yo sabía que al equipo le faltaba un 5, entonces eso me motivaba mucho porque sabía que no tenía con quien pelear el puesto, por lo que si yo me rompía el culo y entrenaba bien, iba a tener mi chance. En cada entrenamiento traté, y sigo tratando, de dejar todo para poder mejorar y en ese momento hice eso y tuve la suerte de poder quedar como titular". Consolidado en el equipo, Lucho no piensa en otro club, a pesar de no jugar en uno de los mejores de la categoría: "Estoy muy conforme acá, me tratan bien y estoy bien considerado. Cambiar de club significaría empezar de nuevo a pelearla, no jugar y tener que ganarte otra vez el puesto y eso no es nada fácil". Aunque de todas maneras, condiciona su continuidad de acuerdo a la categoría en la que juegue la primera de Merlo la próxima temporada, ya que al estar en el Nacional B, el torneo de inferiores es entre los de la A y la B, en cambio si descendiera a la B Metropolitana, pasaría a jugar contra rivales mucho más inferiores, y ya no sería lo mismo.


Hablando un poco de Macabi, Lucho reconoce que extraña mucho lo social, el hecho de compartir las cosas con los amigos de toda la vida: "A veces cuando los voy a ver jugar, me dan ganas de entrar. Los apoyo desde afuera, pero dan ganas de estar adentro porque es algo que uno tiene desde chico, que lo ve y le gusta y quiere volver". Pero a pesar de las ganas que le dan los domingos a la tarde, Lucho tiene en claro que por ahora no va a volver a jugar en Macabi, "no por las ganas, sino porque es una oportunidad única" de hacer lo que siempre quiso. Igualmente, deja la puerta abierta: "Cuando se termine todo esto, sé que voy a volver, de eso no tengo dudas" y también le agradece al club: "Gracias a Macabi estoy donde estoy".


Abajo a la izquierda, cuando fue campeón con la 6º FACCMA,
en el predio de la AFA
Lucho nació en 1994 pero hizo todas inferiores con la camada de 1993, con quien ganó varios títulos, entre los que se encuentra el de la Sexta FACCMA en el predio de la AFA. El año pasado, le llegó el momento de subir a los planteles superiores y empezó el 2011 jugando en Reserva, pero pronto también se integró al plantel de AIFA; sobre esto señala que "era raro jugar en estas dos categorías, porque teóricamente AIFA se nutre de jugadores de Primera FACCMA, porque si estás ahí significa que sos de lo mejor del club" y recuerda cómo fue progresando en el equipo que tiene a los mejores jugadores de la institución: "En AIFA al principio fui jugando poco tiempo, hasta ir agarrando más minutos, porque es distinto el roce de AIFA que el de FACCMA". En cambio, en la Primera que compite en el torneo de los clubes de la colectividad, fue más fortuita la forma en la que empezó a jugar, ya que un domingo (fecha 9, contra Sosiego 1-1) faltó el 5 y jugó él. Al técnico de ese entones, Beto Aubain, le gustó como jugó y a partir de ese momento empezó a formar parte del plantel de Primera FACCMA. "Me gustaba el hecho de jugar en primera, porque es una exigencia distinta, pero por otro lado no estaba bueno no entrenar con mis amigos: los martes y jueves quería estar con ellos". De todas maneras, Lucho deja de lado la amistad y resalta lo bueno que fue haber jugado el año pasado en ambas primeras, algo que lo ayudó para estar un poquito más preparado a la hora de cambiar al fútbol de AFA: "Me sirvió porque en primera se corre más, el juego es mucho más físico y es lo que me pasa ahora en Merlo: poco juego pero mucho correr y poner actitud los 90 minutos".

A pesar de haber dejado de defender los colores macabeos, el subcampeón de la Macabeada Mundial de 2009 no es ajeno a la actualidad de los equipos del club: "Sigo las campañas por Deporte Macabeo y también entro a las páginas de FACCMA y AIFA. De Reserva y Primera me entero más, porque los domingos los voy a ver a Macabi, con AIFA se me complica porque los sábados juego a esa hora". Aunque ya no forma parte, Lucho cuenta que que la Reserva esté por salir campeón lo alegra mucho por los amigos que juegan ahí, y que AIFA esté peleando cerca de la punta lo pone contento porque "es lo que siempre se buscó", y aunque se lamenta no formar parte del plantel de este año, habiéndolo conformado el año pasado, apoya desde afuera "para que les vaya lo mejor posible y puedan cumplir ese sueño que vienen esperando hace un tiempo, y ahora se les puede dar". Sobre la Primera FACCMA, Lucho desea lo mismo que todos: "Ojalá terminen el campeonato lo mejor posible". Analizando el primer semestre del equipo del Tano Orsini, el jugador Revelación 2007 cree que "el hecho de tener un plantel corto le juega en contra a la Primera" pero espera que con las caras nuevas que se puedan sumar para empezar el Clausura "puedan pelear el campeonato".


Volviendo sobre su actualidad en inferiores de AFA, hay que decir que Lucho ya formó parte, más de una vez, del selectivo de jugadores de cuarta, quinta y sexta división que afrontó amistosos durante el año, algo que le sirve para mostrarse aún más: "Tengo la suerte de que el coordinador de inferiores me tiene bien considerado, y cuando arma un selectivo me pone en el equipo, entonces eso me da más posibilidades todavía". Sin embargo, a pesar de su buen presente en el equipo de la Provincia de Buenos Aires, Lucho revela que lo mental a veces le juega a favor, pero también puede jugarle en contra a alguien que tiene las aspiraciones que tiene él: "Te cambia el pensamiento de un día para el otro; un día jugás bien y decís 'que bien que estoy, voy a llegar', pero al sábado siguiente tenes un mal partido y te bajoneas y pensas en dejar todo", cuenta el volante de 18 años, que a pesar de entrenar todos los días, empezó una carrera en la UBA. 
Los amistosos con el selectivo no fueron la única posibilidad extra que tuvo Lucho para mostrarse, ya que ya formó parte de un entrenamiento con algunos jugadores de la primera de Merlo: "Nos llevaron a tres jugadores de inferiores a hacer un reducido con los de primera, estaban 'La Chanchi' Estevez y Maxi Barreiro entre otros" cuenta el volante, que además de la linda experiencia de entrenar con jugadores de primera, se llevó a casa un codazo en el ojo. "Al principio estaba muy nervioso, pero después uno de los jugadores me dijo que esté tranquilo, y ya cuando empieza el ejercicio te calmás y tratas de hacer lo que sabés", dice Lucho, que pensando en su futuro, no esconde su máximo sueño: vivir de lo que le gusta: "Uno quiere llegar a jugar en primera". Sin embargo, sabe que es difícil tener la chance porque "primero, el técnico o alguien cercano tiene que ver al jugador para decir que lo quiere en su plantel", pero de todas maneras no se pone plazos: "Recién arranco y todavía me faltan vivir varias cosas para tener la posibilidad de estar en primera".


Deporte Macabeo, en nombre de toda la gente del club, le desea lo mejor a Lucho, uno de los mejores jugadores surgidos de las inferiores de Macabi en los últimos años, que hoy persigue su sueño personal, pero que cuando vuelva a vestir los colores macabeos, seguramente nos dé varias alegrías.


Por Juli Micheles



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